El comedor, el espacio tradicional que reúne a la familia. Lugar donde las conversaciones más importantes se atienden. Donde el cuerpo se alimenta, no solo de comida, sino también de recuerdos. Ahora, en esta situación extraordinaria, el comedor se convierte en estancia permanente.
El bastión donde protegemos a los seres amados de la amenaza invisible que acecha el aire que respiramos.
En esta imagen, la mesa es el apoyo sobre el que se sostiene el abrazo de madre e hija. Es la superficie sólida sobre la que descansa el capullo-fortaleza de lazos maternales. El deseo de protección ante una adversidad que nos rebasa. Ante esta situación que retrocedemos con un abrazo introspectivo.